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´El Nuevo Jeremías reflexiona desde su condición de cristiano, sin aditamentos, seguidor de Jesús de Nazaret.

Tú cíñete por tanto los costados, levántate y diles todo lo que yo te ordenaré, no tiembles ante ellos, de lo contrario, te haré temblar ante ellos. Hoy te constituyo en fortaleza, en muro de bronce frente a todo el país, frente a los reyes de Judá y sus jefes, frente a sus sacerdotes y el pueblo del país. Combatirán contra ti, pero no te vencerán.
Jer. 1, 4-5, 17-18

jueves, 23 de junio de 2011

WELCOME TONY TO THE ROMAN CHURCH

Ahora es un nuevo católico ejemplar que acude a la misa dominical con su mujer y sus hijos, católicos de viejo cuño. Poco antes de su conversión definitiva –ya acompañaba a su familia en los ritos romanos-, Tony Blair fue a visitar a Benedicto XVI al Vaticano, quien lo recibió con los brazos abiertos. Es verdad que el mandatario del célebre Trío de las Azores había promovido algunas decisiones contrarias al magisterio de la Iglesia, como investigar células madre u otorgar a los homosexuales el derecho a adoptar criaturas…  Pero eso era pecata minuta. En términos generales Blair había contribuido con su Tercera Vía a orientar al laborismo hacia posiciones más próximas al “humanismo cristiano”. Las comunidades de base y otros grupos “desviados” protestaban porque este nuevo fiel de Roma había promovido la sangrienta Guerra de Irak, había desmontado la vertiente social del Labour Party y otras lindezas, que no son sino delirios de estas mentes progres muy poco fieles a Roma. También han vertido similares calumnias sobre otro católico ejemplar que puso a España en la senda del despegue económico y restauró la influencia de la Iglesia española: José María Aznar. Bienvenido sea, pues, este ex anglicano que lava la afrenta promovida por el inefable Enrique VIII hace 500 años.
            Tony es un católico ejemplar. Trabaja duro para sacar adelante a su familia. Se calcula que en el último ejercicio facturó en sus conferencias y asesorías a lo largo del Globo más de 20 millones de libras. Eso ha permitido a sus hijos ir a los mejores colegios (católicos, of course) y relacionarse con las clases más adineradas y respetables, muchos de ellos también fieles a Roma. Cherie Blair es, además, una administradora ejemplar de sus numerosas mansiones en los más distinguidos distritos londineneses; es célebre igualmente por su habilidad para fomentar el ahorro y la responsabilidad con el dinero. En el último cumpleaños de uno de sus hijos invitó a numerosos compañeros del colegio y amigos; había establecido una tarifa de 12 euros para aquellos que quisieran venir en autobús –fomentando así el transporte público y la responsabilidad vial- y, ante las injustificadas protestas de los usuarios que insinuaron no ser conocedores de la tasa, Cherie decidió costear el billete de aquellas familias que estuvieran en el paro o pasaran por dificultades económicas. La caridad y la solidaridad siempre deben presidir el comportamiento de unos auténticos católicos, como los Blair.

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