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´El Nuevo Jeremías reflexiona desde su condición de cristiano, sin aditamentos, seguidor de Jesús de Nazaret.

Tú cíñete por tanto los costados, levántate y diles todo lo que yo te ordenaré, no tiembles ante ellos, de lo contrario, te haré temblar ante ellos. Hoy te constituyo en fortaleza, en muro de bronce frente a todo el país, frente a los reyes de Judá y sus jefes, frente a sus sacerdotes y el pueblo del país. Combatirán contra ti, pero no te vencerán.
Jer. 1, 4-5, 17-18

domingo, 16 de septiembre de 2012

EL ORÁCULO ROUCO HABLA DE EUROVEGAS... CON LA BOCA PEQUEÑA



El Presidente de la Conferencia Episcopal Española por fin ha hablado. No para condenar los terribles recortes que afectan al pueblo (también de Dios), no para denunciar el injusto desmantelamiento del Estado de Bienestar, no para apiadarse de los pobres y parados crecientes, sino para decir una obviedad sobre el enloquecido proyecto de Eurovegas, ese monumento a la avaricia y el negocio sucio. Antonio María Rouco Varela, consciente de la inquietud de algunos obispos de los territorios donde se quiere instaurar, habla de <<riesgos y peligros>> para <<la moral>>, pero eso sí, matizando que <<no van a ser absolutamente inéditos>>, pues se encuentran en <<casi todas las ciudades europeas, por no decir en todas>>. O sea, que la que se presenta como una operación innovadora en Europa, para Monseñor no añade ninguna novedad en el terreno moral, no más que la perversión que hay en cualquier urbe... El gran oráculo de la Iglesia española ha lanzado un pequeño y comprensivo reproche, con la boca pequeña a semejante despropósito moral. Por no hablar de ese capitalismo salvaje y explotador que acarrea de matute el proyecto del millonario judío norteamericano. La virulencia la reserva Monseñor siempre en la misma dirección: el aborto, el sexo y las amenazas al poder eclesiástico. Quizá por ello está muy calladito respecto a los recortes, no sea que lleguen para los históricos privilegios de la santa institución católica, apostólica y romana en este sentido… Todo muy evangélico, como casi siempre en este santo varón tan caro a los poderosos.