La mitología cristiana habla de Parusía, llegada de Cristo triunfante para celebrar el Juicio Final, los mayas, que tenían una concepción circular del tiempo, insinúan un cambio de época para el día del solsticio de 2012. No creo en la interpretación literal de esas profecías mesoamericanas que tanto rédito otorgan a los milenaristas, mas sí creo que es necesario un profundo cambio de actitud en la especie humana si no queremos ir hacia el desastre. El agotamiento del modelo socioeconómico dominante, basado en la explotación intensiva de los recursos del planeta y en consumismo desaforado, es un hecho. Y esto no solo se ocasiona por la actividad de las fuerzas fácticas del capitalismo, sino porque la ciudadanía ha asumido esos valores depredadores y consumistas. Necesitamos, pues, un cambio de mentalidad. Necesitamos volver a los valores ancestrales de determinadas culturas, como los celtas o los indios norteamericanos, que colocaban la naturaleza en el centro. Para ellos era una madre sagrada que no podía mancillarse porque se rompía el equilibrio de todas las cosas. El amor cristiano también apunta en esta dirección y algunos santos, como San Francisco de Asís, supieron dar cauce a este panteísmo cristiano que la Iglesia debiera rescatar. Pero la Iglesia oficial parece estar preocupada en cosas "más interesantes", como desterrar el buey y la mula del Portal de Belén -precisamente fue il poverello de Asís quien inventó esta puesta en escena para humanizar el misterio del Nacimiento de Cristo- o amarrar la asignatura de religión en las secularizadas escuelas españolas.
El Apocalipsis de las postrimerías del 2012 debe ser una oportunidad para implementar este cambio de era, esta mutación de nuestra mentalidad hacia esos valores de respeto ecológico, solidaridad, inteligencia compartida, amor universal... Solo así nacerá un esperanzador nuevo mundo, cuya piedra angular no sea la avaricia. Un mundo sin duda mucho más próximo al reino que hace dos milenios anunciara un tal Jesús de Nazaret.
El Apocalipsis de las postrimerías del 2012 debe ser una oportunidad para implementar este cambio de era, esta mutación de nuestra mentalidad hacia esos valores de respeto ecológico, solidaridad, inteligencia compartida, amor universal... Solo así nacerá un esperanzador nuevo mundo, cuya piedra angular no sea la avaricia. Un mundo sin duda mucho más próximo al reino que hace dos milenios anunciara un tal Jesús de Nazaret.
No hay comentarios:
Publicar un comentario