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´El Nuevo Jeremías reflexiona desde su condición de cristiano, sin aditamentos, seguidor de Jesús de Nazaret.

Tú cíñete por tanto los costados, levántate y diles todo lo que yo te ordenaré, no tiembles ante ellos, de lo contrario, te haré temblar ante ellos. Hoy te constituyo en fortaleza, en muro de bronce frente a todo el país, frente a los reyes de Judá y sus jefes, frente a sus sacerdotes y el pueblo del país. Combatirán contra ti, pero no te vencerán.
Jer. 1, 4-5, 17-18

domingo, 17 de marzo de 2013

CAMBIAR EL MODELO DE NEGOCIO DE LA IGLESIA

Francisco I tiene ante sí una oportunidad de oro: demostrar que es un papa seguidor del Evangelio de Jesús. La mercadotecnia sería el índice de medición, la prueba del algodón de esa metamorfosis... Si el argentino cambia el modelo de la Iglesia será un fiel discípulo del rebelde de Nazaret; y para ello debería poner la maquinaria de una de las multinacionales más importantes del globo al servicio de los pobres, los marginados, los que sufren... Enfin, llevar a la práctica el Sermón de la Montaña. Se me ocurren cientos de medidas prácticas: reorientar los negocios de la Iglesia hacia esos destinatarios (los pobres evangélicos, anwin), renunciar al lucro, a la especulación, a darle pábulo a esos grupos conectados con ideologías capitalistas que, no obstante, se presentan con una fachada pietista (los movimientos neocon como Opus Dei, Legionarios de Cristo, Comunión y Liberación, Neocatecumenales, etc.). De esta manera la Iglesia se pondrá del lado de los que nunca debió abandonar y no de los banqueros, especuladores, empresarios buitres o de esa clase reaccionaria católica que busca una Cristiandad más que una comunidad eclesial. Si realmente esa clase dirigente, tan reforzada por la crisis que machaca a la mayoría, es tan católica, que reoriente sus negocios para favorecer a sus hermanos empobrecidos.... Claro, pero a esto ellos le llaman comunismo, adoctrinados como están a un catolicismo espiritualista que no se mete en esas "cosas mundanas". Hoy un señor en una emisora católica atacaba furibundamente (¿la ira evangélica?) a un radiooyente que ha osado criticar a Francisco I y proclamaba que, al ser elegidos por Dios, todos los papas son buenos, muy buenos o excelentes. Si este es el tipo de feligrés medio empezamos a entender que la Iglesia esté en la UVI.

Centrémonos en España. Si este sucesor de Pedro lleva el nombre del poverello de Asís debería propiciar el desmontaje de los tejemanejes de Rouco Varela y lo entenderíamos como un signo de cambio evangélico. Porque el actual líder de los obispos hispanos ha estado empeñado no en seguir la senda crítica de Jesús, sino en crear platadormas, lobbies de influencia en la sociedad siempre en alianza con los poderosos: empresas, grupos de comunicación de doctrina reaccionaria, etc. En definitiva, en reeditar el papel influyente de la Iglesia durante el franquismo. Eso significa ponerse al lado de los mercaderes del templo, de los que han llevado a la Iglesia de hoy a una situación de catalepsia por corrupción. Como ocurrió con Obama a su llegada a la Casa Blanca en 2008, no creo yo que este hombre de carisma pueda invertir las inercias de una institución con intereses tan poderosos. No obstante, como dijo Juan XXIII, uno de los pocos pontífices que interiorizó el mensaje de Jesús, estaremos atentos a los "signos de los tiempos".



jueves, 14 de marzo de 2013

EL PAPA DEL "FIN DEL MUNDO"


                          


No hay duda de que la Iglesia está en una encrucijada. El gran teólogo Hans Kung dictaminó que o se renovaba o quedaría como un reducto esclerótico. A este dilema se debe enfrentar el primer papa jesuita y americano de la Historia. Era una opción sorprendente, no esperada, habida cuenta de cómo ha sido atada y bien atada la maquinaria curial por los dos papas reaccionarios precedentes. Pero el cardenal Jorge Mario Bergoglio no es ningún revolucionario progresista, por eso estaba allí entre los electores purpurados. Proyecta sombras inquietantes: su gestión como provincial de los jesuitas durante la terrible dictadura de los milicos parece que dejando a su suerte a dos religiosos comprometidos (¿?), su recentísima cruzada inquisitorial contra el matrimonio gai en Argentina... Pero hay también buenas razones para la esperanza: su ejemplar vida austera, su defensa de los desfavorrecidos ("la pobreza es inmoral, injusta e ilegítima"), su crítica a los abusos del poder -la "homogeneización" y los "delirios de grandeza" peronistas-, el hecho de que fuera el candidato del añorado Monseñor Martini en el cónclave de 2005 (líder del sector progresista y moderado de los cardenales), su alejamiento jesuítico de los movimientos más reaccionarios alentados por los pontífices precedentes... Una de sus primeras decisiones apunta en este sentido reformador/renovador; la elección del nombre de Francisco, como el de sus santos jesuitas Francisco de Borja y mi tocayo Francisco Javier, pero sobre todo como el más revolucionario de los santos, il poverello Francesco, a quien el Crucificado de San Damián le encomendó que restaurara la Iglesia... Quizá este sea el mensaje subliminal que ha querido transmitir de primeras. El tiempo dilucidará si este carisma limpiador y evangélico se impone sobre "las aguas agitadas de la Iglesia" (Benedicto XVI), las maquinaciones de la Curia y los cuervos vaticanos o los intereres de los movimientos neoconservadores con enormes conexiones con el poder político y económico. España será también un termómetro de este cambio en la medida que se deje hacer o se promueva un cambio ante la deriva ultramontana de Rouco Varela y los suyos, empeñados en enterrar la Iglesia comunidad y resucitar el concepto de Cristiandad. Estaremos atentos.

martes, 12 de marzo de 2013

PANTOMIMA PÚRPURA CON UN ESPÍRITU SANTO CON EL ALA QUEBRADA



Se abrió el cónclave, valga la paradoja... Se clausuró la primera jornada con fumata azabache. El Espíritu Santo no se manifestó de primeras, como estaba cantado. Pero la Paloma está quebrada, desde los tiempos de Wojtila le troncharon el ala izquierda; por si esto no fuera suficiente, confeccionaron una Curia ad hoc cambiando las reglas de juego purpúreo. Así que, más allá del vistoso ritual medieval que tanta fascinación meidática levanta, incluso a los descreídos, las sorpresas serán mínimas. Los potenciales papables están cortados por un traje conservador, que es el único que han permitido Juan Pablo II y su mentor intelectual, el Inquisidor Ratzinger luego elevado a la Cátedra de San Pedro. Quizá el númen de las votacines pueda dar la sorpresa y el cardenal Gianfraco Ravasi se convierta en un Juan XXIII que abra las puertas para airear el ambiente enrarecido que impera en la Iglesia tras el Vatileaks. Pero todo apunta a que Juan Pablo II y luego Benedicto XVI con sus contrarreformas involucionistas lo dejaron todo "atado y bien atado".