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´El Nuevo Jeremías reflexiona desde su condición de cristiano, sin aditamentos, seguidor de Jesús de Nazaret.

Tú cíñete por tanto los costados, levántate y diles todo lo que yo te ordenaré, no tiembles ante ellos, de lo contrario, te haré temblar ante ellos. Hoy te constituyo en fortaleza, en muro de bronce frente a todo el país, frente a los reyes de Judá y sus jefes, frente a sus sacerdotes y el pueblo del país. Combatirán contra ti, pero no te vencerán.
Jer. 1, 4-5, 17-18

lunes, 3 de noviembre de 2014

ROUCO VARELA DEJA EL PALACIO EPISCOPAL ¿PARA IMITAR LA POBREZA DE JESÚS?


<<Siguiendo el ejemplo de Jesús de Nazaret, ese profeta que vivió en la indigencia, me retiro a un "humilde pesebre" renunciando a todas las palatinas, efímeras glorias de este mundo desorientado por tanta secularización, relativismo y otras acciones del Demonio acechante>>.

CARDENAL Rouco Varela, humilde servidor del Señor...





1 comentario:

  1. Si aspiras a ser seguidor de Jesús de Nazaret tendrás que hacerte judío. La religión de Jesús era el judaísmo al 100% y no rompió jamás con la Ley de Moisés. El cristianismo no tiene nada que ver con aquel rabino del norte de Israel, condenado a muerte por los romanos. El cristianismo es una mitología creada por Pablo de Tarso, cuyos seguidores crearon después la iglesia paulina, en cuyo seno se escribió el NT y de la que deriva todo el cristianismo actual. El marco de predicación de Jesús era estrictamente judío e israelita, ceñido a su tiempo. El cristianismo es una teología que bebió de muchas fuentes y que luego evolucionó a un humanismo. En realidad, el cristianismo no necesita del Jesús histórico, con el que nada tiene que ver. Si el cristianismo se impuso como algo universal, como una colección de la A a la Z de todas las virtudes, valores y principios éticos y morales del ser humano, no requiere insistir con el mito del hombre que muere por los demás y luego resucita, porque Jesús, el histórico, no fue a Jerusalén en el año 30 EC a morir por los demás, sino a celebrar Pésaj, como un judío más, y murió por motivos políticos, como tantos otros. Ese es el gran dilema y en cierto modo la gran contradicción del cristianismo.

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