Mariano Rajoy en la Convención del PP (enero 2015)
En un escenario de fieles seguidores, como el que Jesús tenía al proclamar su programa político y espiritual (las Bienaventuranzas), Mariano Rajoy ha confirmado lo que tantas veces aquí venimos reclamando con tono jeremiaco: que la derecha española no responde en su ideario, mucho menos en la praxis, a los principios que reclamó el profeta de Nazaret en ese acto que pergeñaba las características del reino de Dios. El Presidente del PP, pensando en el "populismo satánico", ha sido cristalino al poner en contradicción la política y las Bienaventuranzas. Estas últimas quedan para la vida privada, para ese pietismo apolítico que siempre ha defendido la Iglesia conservadora, así se tranquiliza la conciencia de esos feligreses afanados en los "asuntos serios" de la política, casi siempre para mayor gloria de ellos mismos, de las élites para las que gobiernan -incluida la jerarquía eclesiástica- y para perjuicio de los anawin (los pobres a los que se dirigía Jesús).
Gracias Mariano por ser tan claro. A partir de ahora los verdaderos cristianos sabemos a qué partido nunca tendríamos que votar.